miércoles, 17 de marzo de 2010

Lets dance

La música fue mi primer amor y será el último.Ella me ha salvado la vida en incontables ocasiones.Me ha salvado, con su belleza, con su alegría, con su paz, con su energía.La música es mi más fiel compañera y nunca me decepciona.Me seduce, me enamora y cuando me apetece hacerle el amor, me pongo en pie y comienzo a moverme al ritmo de sus latidos.
Mis manos acarician el aire y juegan a ser mariposas.Mis caderas se liberan para seguir los movimientos que ella me marca.Bailando a solas puedo olvidarme de todo, sentirme ligera como la brisa, jugar a ser joven y vivir el momento presente con toda espontaneidad, sin pensar en nada más que en la música.Me hago una con la música.Soy música.Soy feliz.
Bailando entre la multitud, es diferente, porque puedes fijarte en los movimientos de los demás y eres consciente de que los demás se fijan en tu cuerpo.Entonces, el baile pasa a ser un juego mucho más erótico.Pero nada se puede comparar al erotismo de bailar para el hombre al que se ama, al que se desea.Nada puede compararse a la tensión que se crea en el ambiente cuando le sientas y le pides que espere a que te prepares.Te vistes con hermosas envolturas, te perfumas, pones la música y te entregas a ella, para después entregarte a él.Es una experiencia muy emocionante que merece ser vivida con intensidad y gratitud.La magia de la música unida a la magia del amor son energías poderosas.Son momentos grabados a fuego en la memoria.Son el propio fuego.El fuego de la pasión por vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario